viernes, 5 de noviembre de 2010

El artista del empañado

-¿Te conté alguna vez la historia del chico del cristal empañado?- Dijo un señor alto, de pelo castaño, a su hija rubia, que lo miraba con admiración.
-No papá.-Contestó ella interesada, su papá siempre contaba buenas historias, y no sabía por que, ella siempre decía "es que los mayores son taaan raros".
El padre sonrió al ver su interés, él ya sabía como iba a reaccionar, y creyendo que lo sabía, siempre se decía "es que los pequeños son tan predecibles".
-La historia trata sobre....- Se distrajo con un resplandor azul que había detrás de la ventana, y se notaba que era así, por que su hija ya se estaba aburriendo, y lo manifestó resoplando con los labios.
El padre captó el mensaje al instante.-Perdoname, es que la historia trata más o menos de esto.-Dijo el padre señalando el cristal.-¿A que te refieres?-Preguntó la niña mirando fijamente al cristal. Entonces el padre, sosteniendo su carpeta, escribió en el cristal "Amor".
-Ayyy papa!!! Tu estás casado!!-Le dice su hija riéndose y con tono vergonzoso.- Es que la historia trata de esto.-Dice el padre sonriendo y colocándole el lazito rojo.-Cuentamela papi.-Dijo agarrándose al brazo de su padre, escuchando impacientemente el comienzo de la historia.
-Había una vez un chico que siempre se sentaba al lado de una ventana, y yo cuando lo conocí me quedé extrañado, tardé en entender por que siempre hacía esto.-hizo una pausa.- Él siempre estaba como perdido, mirando hacia un horizonte que no existía, y apoyaba la cabeza en el cristal, según él, esto le enfriaba la cabeza.-Decía el padre mientras apoyaba la cabeza en el cristal frío del autobús, representando un poquito la historia que contaba. Su hija seguía escuchando atentamente, mientras alguna vez votaban por algún bache.- Pero lo más raro de este chico era que a veces dibujaba cosas en los cristales, y dibujaba de todo, según él esto le ordenaba las ideas.-¿Y por qué las tenía desordenadas?- Hmmm, la verdad es que era un chico muy indeciso, y era bastante cobarde, miedoso.-Si papá... se que significa cobarde, no soy tonta!-Interrumpe la hija entrecerrando los ojos.
-Claro, me olvidaba.-Ríe el padre mientras se zarandean un poco, otro bache.-Era cobarde, no se atrevía a hacer muchas cosas, y a veces era capaz de pasarlo mal por no hacerlas. Se torturaba mucho, por eso dibujaba en el cristal. No dibujaba muy bien, por eso no lo hacía en papel, y todo lo que dibujaba, según él, se lo llevaba el sol y el calor, ya que los borraba del crital.-Hizo otra pausa y toco el cristal con el dedo, estaba muy empañado.
- Lo llamaban el artista del empañado, por que aunque no dibujará bien, se pasaba todo el día dibujando en las ventanas.-¿Y que dibujaba?-Dice la hija sonriendo.- Siempre lo mismo, pero de diferentes formas, primero era un perrito, despues un juguete...-Dijo el padre acercando el dedo al cristal.
La hija, casi sin darse cuenta, mirando a su padre que sonreía nostalgicamente, sin aún quitar la sonrisa y abrazando su brazo aún más fuerte.- ¿Y ahora que dibuja?- El padre río y la miró con ternura mientras dibujaba un corazón con un lazito encima.

martes, 12 de octubre de 2010

Querido Amigo

Yo venía de pasear el perro, era temprano, pero el pobre Pereira si no corre por la mañana, se pone insoportable. Una vez más me encontré con mi amigo el cartero, pero éste ya me había dejado el correo en mi buzón, con lo cual no pude ni siquiera imaginarme nada.
Cuando entré en casa, tuve que agacharme para agarrar las cartas, tendría que hacer un buzón en la puerta para no hacerlo más, que los años cobran factura.
Cartas típicas de publicidad y alguna que otra factura, nada del otro mundo, pero entonces, una carta dedicada personalmente con una firma me llamó la atención, la reconocí al instante, y hasta que recuperé la compostura, tarde un ratito.
Fuí hasta el sillón, ya tenía encendida la chimenea, y leería la carta tranquilo y sin pausa.

Querido Amigo:

Sé que hace casi 50 años que no te escribo, ni siquiera sé si estás aún entre nosotros, pero hoy digamos que tuve la señal, la certeza, la ilusión y las ganas de escribirte, digamos que tuve todo aquello que no he tenido hasta ahora, todo aquello que se podría resumir en una sola palabra, voluntad.
No te extrañes por todo esto, la verdad es que siempre te tuve en mente, pero siempre pensé que tenía que haber alguna razón por la que escribirte, alguna razón por la que te pudiera interesar esta carta.
Vos pensarás que soy un viejo pelotudo, que en la última recta de su vida, ya aburrido, decidió recordar viejas historias, y no te equivocás.
La verdad amigo es que hoy estuve desvalijando cosas, viendo que podia tirar y que no, que podía vender y que no, y que podía servir como herencia y que no. Tenía ganas de ponerme nostálgico y bueno, cierto que ahora, ya jubilado, no tengo mucho que hacer, y me aburro, pero entonces ¿sabés que encontré?
Encontré un viejo álbum de fotos, y durante un momento pensé que sería el de mi boda, o algún otro, pero entonces ví tu nombre y el mío, las dos firmas sobre un título polvoriento y algo agrietado que ponía "Reliquia de nuestras vidas". Un título pegadizo, mirá que éramos ingeniosos ¿no? La cuestión es que miré dentro, intentando contener mi sonrisa, por que tampoco estaba seguro de lo que era, y entonces ví esa única foto, hecha a la antigua, en la que salíamos vos y yo de niños, uno con el brazo encima del otro, y se nos ve la sonrisa inocente (disculpá el borrón, estos temblores son terribles!) y bueno, lo que me llamó más la atención fue la tinta de pluma que había justo encima de la foto que decía " luego envejecimos".
Eso fue una señal, sigo sin saber por que pusimos aquello, tal vez estábamos borrachos, tal vez enojados, o simplemente haciamos el boludo, pero me lo puse a pensar. Eras mi mejor amigo, lo más parecido a un hermano, ¿y envejecimos?
Ya no creo que necesite algo por lo que escribirte, aunque irónicamente ahora lo haya hecho así, solo espero que esta carta te llegue, por que todo lo que querría charlar con vos, en una carta, sería imposible.
Cuidate Amigo, esperando respuesta, un abrazo.

En cuanto terminé de leerla, la pucha, reconozco que estaba alegre. Me pondría enseguida a contestarle, y como no, a preguntarme cosas sobre mi vida pasada, que al fin y al cabo yo tambien estoy viejito, con sus canas y arrugas. Sin embargo de aquella carta me llamó algo la atención, y es que estaba algo corroída, era como su hubiera pequeños indicios de humedad en ella, como si la lluvia la hubiera mojado, pero al terminar de escribir yo mi carta, mi contestación, comprendí que no era lluvia lo que había mojado la carta, sino la emoción de encontrarse con un amigo de hacía mucho tiempo.

sábado, 4 de septiembre de 2010

La chica de la literatura.

Y justo cuando el reloj dió la media noche, Eli cerró el libro, dando por concluidas unas horas en las que había viajado a otros lugares desconocidos, había sido presente de hechos fantásticos. había sido feliz, desgraciado, se había enamorado, se había enojado, había hecho tantas cosas que no era capaz de pensar que hubiera terminado en tan poco tiempo.
Recorrió el lomo con la mano, mirando quieto la portada del libro, con todos los pensamientos fijados en una sola cosa, él ahora tendría que volver a su vida normal y corriente, en donde las cosas impresionantes como criaturas, magia, y lugares imaginarios eran cosa de la fantasía, ahora tendría que resignarse a aguantar a las personas corrientes, a estar en lugares corrientes, a vivir de forma corriente, ahora estaría lejos de ella, que se había quedado en sus sueños, en sus pensamientos, en su libro, ahora ya no podría volver a estar con ella como antes.
Su corazón se había quedado con ella, y las demás emociones con el resto de letras que formaban aquel libro, el quería estar allí, dejar ese lugar que no lo hacía feliz, que no lo hacía sentirse tan bien como en el lugar de su libro, en el lugar de su imaginación.
Ella nunca se movería de allí, sentía la extraña ilusión de que lo esperaría siempre, ilusión de que algún día se juntaría con ella, pero el sabía que eso era imposible.
Tal era la impotencia, tal era la amargura que le embargaba a cada centímetro del libro que recorría con la mano, que una pequeña lágrima surcó su rostro, dejando un rastro húmedo, tan insignificante, que solo se veía con el reflejo de la luz. Esta cayó encima de la portada, dejando una gota en medio del título, y mientras los ojos se iban empañando más y más, buscó la página donde acabó de enamorarse, y mientras leía las frases una y otra vez, mas gotitas pintaban las páginas y dibujaban un nuevo sentimiento en la cara de Eli, la agonía.
Entonces volvió a cerrar el libro, cesando un tanto las lágrimas que soltaban sus ojos, y mientras los cerraba, se prometió tener ese libro siempre, donde ella lo esperaría, donde ella estaría con él siempre que abriera el libro y pudiera verla, donde pudiera estar con ella aunque fuese un solo momento.
De esta forma Eli le regaló su corazón a ella, encerrando sus sentimientos en aquellas páginas, donde un día, por primera vez, él se había enamorado, donde las paginas no eran paginas, sino pensamientos, donde ella no era un personaje, sino su chica de la literatura.

martes, 24 de agosto de 2010

Corazón Empapelado

Me preguntaste si me acordaba del día en que nos conocimos, y desde entonces sigo dandole vueltas a esa pregunta, por que... ¿realmente te conocí?
Despues de que hablaramos por primera vez, yo tuve la sensación de que eras perfecta, sabía que tan solo era una sensación, pero despues de ello supe que me gustabas. No dudé en intentar conocerte, en hablar contigo, en clase, por telefono, y medida que pasaban los meses el solo oír el nombre de Estela me ponía nervioso.
Yo creí que en algún momento me dijiste que te gustaba, con alguna indirecta, de alguna forma, y así fue, por que al declararme me besaste, el primer beso, ese que duro tan solo unos segundos, pero lo recordé años.
Me regalastes un papelito de color rojo claro, en el que ponía "te quiero". Un papelito que puse en un marco juanto a una foto tuya y mía, donde un corazonzito nos unía a ambos. Cada día te tuve cerca, empezaba y acababa contigo, todo era perfecto y entonces, sin más, te fuiste. Desaparecistes de mi vida, dejastes de llamarme, tu movil siempre estaba desconectado, el internet no existía y las palabras "Estela ha dejado el colegio por que se ha cambiado de ciudad" que nos dijo el tutor retumbaron en mi cabeza día tras día durante quien sabe cuanto tiempo.
No salía, no me reía, la felicidad era una palabra que inebitablemente se había convertido en una palabra tabú, y el buscarte se convirtió en una obsesión.
Entonces, un día cualquiera apareció Alice, cuyos ojos profundamente azules quitaron la pena igual que la mar quita la arena. Ella se acercó y me habló, me quiso desde el primer momento y yo, sintiendome mal por haberlo hecho, le hablé sin cuestionármelo. Nunca otra chica consiguió lo que ella, y por primera vez en mucho tiempo, mi corazón volvió a latir con ella, y un día todo empezó.
Con Alice todo fue siempre fácil, ella me adoraba, igual que yo a ella, y aunque Estela hubiera marcado con una E mis labios, Alice no tardó en taparla, ella me hacía sentir como cuando estaba con Estela, y mi mono casi había desaparecido cuando, de la misma forma que te fuiste, volviste.
Llegaste a mi casa, disculpándote, echándome en cara todo lo que una vez te dije, y recordándome cosas que creía olvidadas, y como un alcoholico que sin darse cuenta le cae una gota de alcohol en los labios, me besaste, sin importarte nada de mi vida anterior. El último sonido que escuché de Alice fueron sus llantos.
Tus labios tapaban y tapaban la marca de Alice, pero eran tantos y tan profunda su marca que nunca conseguiste borrarlos, Alice dejó cicatriz, cosa que tu no lograste, tan solo por que no te despediste. Eso lo habría cambiado todo.
Nunca nada volvió a ser igual.
Alice me daba algo que tu no, y tu ya no me dabas lo que me daba Alice, sin embargo te seguía queriendo como nunca había querido a alguien, y cuando por fin había llegado a sentir que Alice era superada, te despediste, me dijiste todo aquello que no dijiste la ultima vez, añadiendo que no volverías, y me entregaste otro papelito de color rojo claro, en el que ponia "te quiero", y dejándome un ultimo beso, el cual nunca olvidé.
Te fuiste.
Aquel papelito lo puse al lado del otro, dejando el pequeño corazon que había dibujado al lado de la foto quedara cubierto por éstos. Los años pasaron, y jamás encontré a Alice, pues el colegio había terminado, y a ti menos, pero nunca te olvidé, pues aquellos papelitos jamás descubrieron aquel corazón.

viernes, 13 de agosto de 2010

Madurez

En cuanto hubiera cruzado aquel umbral oscuro, cuyo fondo era habitado por los llantos de sus sueños no cumplidos, había dejado de ser un niño para convertirse en un adulto.
Miró hacia ambos lados de esa calle hecha de niebla, sin saber muy bien si cruzarla, en cuanto lo hiciera dejaría atrás todos los sentimientos puros, esos sentimientos que salen sin niguna convicción, sin ninguna influencia, esos pensamientos indeterminados, esa verdadera felicidad.
Entonces se giró, sus ojos verdes, brillantes, intensos, ahora se fijaban en todo lo que había dejado atrás, su primera frustración, sus primeras zapatillas, su primer amor de sabor a melocotón.
Miró un poco más lejos, pero la oscuridad tapaba muchas cosas, consiguió llegar hasta aquel verano, donde tuvo su primer enojo con un amigo, donde su bañador se destiñó de lo tanto que se metió en la pileta, donde se quemó de tanto estar al sol.
Algunas gotitas empezaron a cubrir sus mofletes, el no quería, pero casi auomáticamente, empujado por una fuerza invisible a sus ojos, fue cruzando la niebla, le pesaban los pies, y cada pisada era un llanto más fuerte y largo que tendría al llegar a la otra mitad de aquel inmenso umbral, llegó al umbral, destrozado, cansado, y con todos los llantos impregnados en sus ojos, intentó mirar a lo lejos y lo único que vió fueron recuerdos.

sábado, 31 de julio de 2010

El Best Seller de mi Vida

Me senté en aquella mesa de roble, que antaño estaba nueva, que era mi imagen, era donde yo obraba mi magia.
No sentía temor a hacerlo, solo con haber entrado en esta habitación, llena de humedad, llena de... recuerdos, tan solo por eso ya no era un cobarde.
Aquellos muros no me protegían como creía antes, ahora me miraban, inquietos y burlones, esos muros que vieron todo desde otra perspectiva, ahora deberían odiarme.
Hacía tormenta, eso decía mi ventana que de alguna forma había conseguido que se callase, que dejara de hablar, de emitir algún tipo de sonido, sin embargo me seguía diciendo que había tormenta.
Las luces parpadeaban, igual que el ambiente de fuera, la ciudad ahora estaba siendo flasheada por la gran paparazzi que es la naturaleza, y mi habitación parecía un enorme fluorescente que luchaba por seguir encendido, sin embargo vivía más tiempo apagado.
Pasé la mano por aquella mesa, la mesa de roble que ahora estaba algo podrida por abajo, por la humedad que un día cayó en sus maderas, por la cantidad de golpes que recibió, por todo el desgaste que, una vez más, antaño había tenido.
Me encendí un cigarro, no me relajaba, me dejaba mal aliento, me quitaba un día de vida, mejor, pensé.
Buscaba el lápiz que siempre estaba guardado en aquel lugar, hacía mucho tiempo que no lo veía, que no lo usaba, que no creaba vida con él, despues de aquel día, donde creé el mejor de mis pensamientos, con ése lápiz que ahora estaba escondido en la mesa, no volví a usarlo.
Las computadoras, las impresoras, solon tuve que escribir una vez y me fuí de este lugar, me fuí como mi personaje, que viajaba por todo el mundo, sin saber que encontraría, solo tuve que escribir una vez, y luego me fuí.
Agarré el lápiz, estaba reconcomido, podrido, pero seguía escribiendo, y le dí su último capricho, escribí lo segundo más importante de mis pensamientos, algo qeu no era creado, algo que era verdad.
El humo del cigarrillo humeaba la habitación de discoteca, el foco bailaba con la oscuridad, mientras que fuera sucedía lo mismo, como había dicho antes, una habitación discoteca.
Dejé el tequila en la mesa, no quería que me estropeara el momento, así que agarré aquel lápiz y lo miré, lo alabé, lo limpié, pero seguía siendo un lápiz, un lápiz reconcomido, podrido, que por mucho que hizo, ahora ya no podría, lo haría peor, tardaría más.
Intenté escribir con él, y tan solo salió.....el "Best Seller de mi vida".

miércoles, 28 de julio de 2010

El extraño caso de la luna caprichosa.

Un día, un día de noche, Dorian miró la luna, y se enamoró de ella.
Era verano, y en el verano la luna todas las noches se ponía distinta, pero hermosa, siempre para que Dorian la mirara. Cada noche, se levantaba y salía de su casa, solo para verla a ella, se iba a un lugar alejado, donde las luces no le vieran, y asi la miraba asombrado por su belleza.
La luna siempre se avergonzaba, pero le gustaba que Dorian la mirase.
Una de las noches la luna no apareció entera, solo apareció uno de sus trozos, Dorian odiaba que sucediera eso, pero incluso con ella por la mitad, seguía impresionado por su belleza.
Así pasó el verano, con la luna poco a poco acostumbrándose a Dorian y volviéndose engreída ya que él la miraraba todas las noches, y Dorian, que cada día se enamoraba más de ella,inconsciente a el amor propio de la luna.
Pasó el otoño, y su relación se intensificó, se vieron menos, pero eso hizo que el amor se hiciera más profundo.
En las vacaciones de invierno, el decidió salir una noche y viajar con ella, se fue a lo más alto de una montaña e intentó tocarla, pero ella no se acercaba.
-¿Por que no te acercás?-Le decía Dorian con los ojos brillantes.
-Por que no debo acercarme más,no quiero acercarme más.-Le decía la luna harta de que Dorian intentara tocarla, ella era imposible para cualquiera, y quería seguir siéndolo.
Dorian seguía intentando día tras día en el invierno, con el frío congelándole las manos, llegar a la luna, y siempre le preguntaba lo mismo, mientras que ella solo tenía esa contestación.
Dorian terminó por hartarse, la frustración, la impotencia y el frío podían con él.
La luna, que lo había rechazado, durante unos días no le preocupó, ella seguía brillando, pero despues fue preguntándose donde estaba, y algunas veces la luna conseguía verle, pero Dorian no le prestaba atención.
-Dorian, vuelve, dime como de hermosa soy.-Le decía la luna.
Dorian nunca contestaba. La luna ahora cada día intentaba acercarse más a el, cada día estaba más cerca y se veía más y mas grande, ya era primavera y las nubes muchas veces la tapaban, Dorian había dejado de ir a verla definitivamente, ella lo había perdido.
La luna ahora era un ser deprimido, un satélite solitario, nunca nadie la había tratado como él, y hoy ella sigue corriendo de cielo en cielo, buscando a Dorian, siempre en la noche, que es donde lo vió por última vez.

sábado, 24 de julio de 2010

Noches

Sin saberlo él ya estaba allí, sin ni siquiera imagninármelo, el ya estaba allí.-Pensé sin separar las manos de mi boca.
No iba a pasar nada,solo nos estábamos divirtiendo, ¿por qué se me complicó tanto todo?
-Pero Magalí, ¿que pasó?.-Me preguntó Damian. Su preocupación estaba reflejada en su cara.
-No lo sé....-Le dije con los ojos empañados.
-Vos tranquila, él se va a poner bien.-Me dijo Luli desde atrás,ella lo había visto todo,o al menos eso decía.
Yo no podía apartar la mirada de él, había sido mi culpa.
La noche estaba pesada y cerrada,hacía calor,o tal vez era yo que estaba ardiendo, no se que hora serían, pero en aquel parque ahora mismo yo lo veía todo parado. Un murmullo de gente corría, supongo que a sus casas muertos de miedo, otros estaban por allí, ni idea de haciendo que, otro montón de gente alrededor de él, suerte que dejaban un hueco, desde éste podía verle, no parecía que estuviese bien.
-Pero que he hecho....-Me repetía una y otra vez, aún mis manos tapaban mi boca,Damian aún estaba delante mío y Luli estaba detrás,mirándolo conmigo,o al menos eso creo.
Había mucho ruído, entonces escucho aquella sirena,no estoy seguro si es de la policía o de la ambulancia, pero cualquiera de ellas venían por lo mismo.
-Han llamado a la ambulancia.-Me dice Damian. Como si no lo supiera,pensé.
Mis lágrimas ya tintaban mis sonrosadas mejillas,estaba muy acalorada y mareada, aquella noche me había descontrolado.
-¿Qué vas a hacer?Vos tampoco andás muy bien Maga.-Me dice Luli mirándome tambien con la preocupación en la cara.
-No lo sé.....-Reperí de nuevo,mis ojos claros no podían despegarse de su punto, los señores vestidos de blanco habían llegado, habían apartado a la gente,ahora sí que no veía nada.
Entonces me entraron nauseas, no me dió tiempo a moverme mucho,por lo que tan solo pude agacharme y hecharlo todo, supongo que no toqué a Damian, pero no estaba segura.
-Pfff.No estás bien Maga.-Me decía Damian.
-Echálo todo,no te preocupes.-Me decía Luli,ella siempre tan dispuesta a dar consejos.
Los señores de blanco lo subieron en una camilla, se escuchaba en el ambiente las preguntas de....¿Qué ha pasado?¿Cómo ha ocurrido? Y la gente contestaba....."se ha bebido con aquella chica de allí 3 litros y medio de aguardiente mezclado con Cocacola, él se ha fumado no se si 4 porros a la vez, le ha dado un blancazo".
Yo no podía más,lloraba,pero no hablaba,en aquel momento ví como Luli y Damian gritaban a los hombres de blanco, creo que me había caído al suelo.

miércoles, 14 de julio de 2010

Nostalgia

No tengo hambre Mamá!!-Dijo Gaby gritando mientras cerraba la puerta de su habitación,esa puerta que tendría de anchura unos 5 cm,sin embargo al cerrarla te apartaba de el mundo,y te mostraba otro de soledad,tranquilidad,aquella puerta delgada,algo agrietada,era el pasadizo que solo el conocía para entrar en un nuevo mundo,su mundo.
Dios...No tengo ganas de que vengan ahora a molestarme.Pensaba Gaby mientras se sentaba en su silla giratoria-Tendría que ponerle un candado,lástima que no sepa.-Se dijo a sí mismo,una pequeña sonrisa se le escapó,se acababa de dar cuenta de que ya había entrado en su mundo,ya estaba hablando solo.
Ajustó su silla con la palanquita que tenía en las patas y se acercó a su escritorio,tenía encima una obra de teatro,lo que le recordaba que tenía que aprenderse su parte,tenía un lápiz y un papel,por si acaso le daba algún momento de lucidez y se ponía a dibujar(cosa que muy pocas veces le había ocurrido) y tenía una compu,una compu donde se comunicaba,donde se expresaba, donde leía, en esa compu era donde mejor podía estar en ese momento.
-Vamos a ver que tenemos acá.-Dijo en bajito como si nadie tuviera que escucharlo.-Entonces apareció aquel iconito azul(o verde según el caso),donde fuera la hora que fuera,siempre habia alguien con quien charlar.
-A mirá quien está ahí!-Se dijo de nuevo a sí mismo.-Hola-Dijo al mismo tiempo que lo escribía.
-Cuanto tiempo!! Si acá andamos.-Iba diciendo mientras lo escribía.
Entonces Gaby fue haciendo el mismo comienzo de conversaciones a muchos de ellos,sentía un extraño nudo en el estómago,como si tuviera algún efecto sobre él el hablar con esas personas,era algo que le ponía nervioso.
-Pffff que envidía me dan todos,acá no hay de eso,en serio?No te puedo creer...-Seguía diciendo mientras cambiaba de ventana en ventana.
-Todo esto me está matando,necesito no se...vivirlo yo tambien!-Se decía Gaby.-Como puede ser que lo sienta ahora?-Seguía diciéndose Gaby.-Voy a imaginarme que estoy allá,solo por ser un poco massoquista y ver lo que me pierdo.-Pensó con una sonrisa algo extraña.
Se imaginó el vivir lo que le contaban,se imaginó las situaciones,que no eran perfectas para los que se lo contaban,era algo de su vida cotidiana,pero para el era otro mundo,otro tipo de experiencias.-Qué es esto que siento?-Dijo en bajito.-No lo sé.-Se contestó.-Tal vez sea culpabilidad?-Preguntó de nuevo al aire.-No creo,no es esa sensación,es como que estás flotando,como si te estuvieras perdiendo algo y te lo cuentan como te lo perdés.-Contesta tambien al aire.-Pffff,creo que debe de ser nostalgia.-Nostalgia?Imposible,no suele caer ese sentimiento de tan joven,a parte nosotros no tenemos ese tipo de sensibilidad.-Dice Gaby reprochándose por decir tal estupidez.-Estoy convencido de que es esto,queremos vivir otras cosas que hechamos de menos,claramente es nostalgia.-Dice Gaby justificándose.-Nunca tuve de eso-Dice Gaby reprochandose de nuevo mientras baja la cabeza.Y asintiendo con la cabeza varias veces dijo:Tal vez ese es el problema.

martes, 13 de julio de 2010

Hipócrita

Es la hora de las hipocresías!-Dijo Isidro.Un chico muy hipócrita,y mira que yo no soy quien para hablar de ello,pero tal es su hipocresía que un día me dijo: Sabés que?Yo odio la hipocresía,yo odio mentir y fingir ser quien no soy. Fíjense ahora,gritando en la calle todo lo hipócrita que es,la verdad es que es increíble.

Yo soy ese chico que siempre si lo mirás decís:"Tiene pinta de ser agradable el chico,y esas zapatillas no me gustan"-es que tengo un gusto pésimo para las zapatillas,pero me siguen gustando.-Pero calláte(se que no lleva acento,pero soy argentino y la silaba tónica es distinta que acá,asi que lo pondré de todas formas) boludo,que demonios hacés?-Le digo con una sonrisa en la cara.-Éste se había puesto a gritar eso por que yo había dicho un comentario sobre el instituto,habia dicho que odiaba estudiar,que odiaba a todo,y la verdad es que no es así,pero es lo que siempre digo cuando voy con gente.

-Cómo que calle?Calláte vos!-Me dice el usando su irónico.-Si se callan chicos mejor si?Que odio el ruido que sale de su boca.-Dijo Alice mirándome con sus ojos color violeta clarito,uno de los colores mas lindos de ojos que había visto en mi vida,aunque los de aquel espejo que había en mi habitación me parecían tambien muy bonitos,color azul marino.

Alice,otra hipócrita tan hipócrita que dice que odia escucharnos y despues pasaba horas y horas queriendo que le contará mis cosas,al igual que Isidro,que era capaz de aburrirte muy mucho con lo que te contara.

Los tres nos dirigíamos hacia el bar del enfrente de la plaza de la casa de Alice,donde aunque tuvieras 7 años ya te vendían alcohol,supongo que nunca me preocupó el bar,así que tampoco diré que adoraba ir.-Como me gusta este bar.-Dije en voz alta.Alice e Isidro se rieron mientras nos íbamos a sentar en nuestro sitio de siempre,el camarero se acercó y nos dijo:

Lo mismo de siempre chicos?-su sonrisa nos sugería bienestar,tal vez hasta fuera cierta-Por supuesto que sí.-Dijo Alice mirándome con la ceja levantada.-Yo no diré nada.-Añadí.-Tengo que ir al baño.-Dice Isidro,que se levanta y se dirige a la puerta donde habia un señor y ponía HOMBRES.

-Soy yo o Isidro esta más boludo de lo normal,ya no es tan copado como antes no te parece?-Me dice Alice agarrándome de la mano.-Estoy Completamente de acuerdo con vos,se hace el gracioso mucho,no se,habrá que pararle los pies.-Ves?Siempre coincidís conmigo nene,por eso me gustás.-Dice Alice mientras me da un leve besito en los labios.Entonces vuelve Isidro,no sentamamos y entonces el suelta un chiste del cual los tres reímos incondicionalmente.-Che Isidro,me hicistes dar ganas de ir al baño.-Dice Alice dedicándonos una sonrisa abierta y yéndose al baño donde había una señora y ponía MUJERES.

-Siempre tenemos que estar dándole la razón,me parece que le voy a terminar diciéndole que me deje tranquilo.-Dice Isidro mirando al camarero por las copas.-Se creé una diosa,esta chica no tiene remedio.-dije con cierto tono de amargura.-Pese a todo vos y yo contra el mundo eh?-Le dediqué una carcajada a su comentario.

Entonces regresó Alice,junto con el camarero que nos había traído las copas,todos le dimos un sorbo a nuestro alcohol y nos reímos los tres al mirarnos,aquella tarde había sido perfecta.

lunes, 12 de julio de 2010

Impulso

-Está usted consciente?
-Si,estoy consciente.
-Sabe cual es la razon de esta visita?
-Si, por que se me fue el control y no supe remediarlo.
(El sospechoso muestra una clara culpabilidad en la cara,ha mencionado su primera justificacion)
-En que trabaja usted?
-En mis pensamientos.
(El sospechoso muestra claros remordimientos)
-Que sintió al hacerlo,por que según nos ha confesado...
-Sentí que me quitaba un gran peso de encima,no podía más con ello.
(El sospechoso interrumpe la pregunta,dice que se siente mejor)
-Cuando le propuso compromiso,en que pensaba?No llevaba mucho tiempo conociendola,por que lo hizo?
-Por que pensaba que me diría que si.